El día a día se ha distorsionado, el tiempo se retuerce, se expande y se pliega. Revisando este año tengo la sensación de que, cosas que han sucedido hace semanas parece que han pasado hace mas tiempo, quedan lejanas, desfiguradas, pierden importancia, se desdibujan y se confunden. Y otras en cambio, aun me parece percibirlas. Noto el olor, el sabor y el tacto.
Algo no encaja, todo ha cambiado. La ciudad, la gente y yo misma. No me encuentro en mi propio cuerpo, me miro al espejo y cada día podría ser una persona diferente. Todo resulta incierto en esta nueva situación que aun no he asimilado, la realidad y yo nos encontramos separadas sin posibilidad de unión, como el agua y el aceite.
No fluye, intento forzar los engranajes en dirección contraria y resulta realmente agotador. Me faltan piezas que aun no he conseguido sustituir, hay huecos que no puedo llenar.
Tengo ganas de que termine. Este mes, este año, esta pesadilla. Y aunque quiero pensar en un nuevo comienzo, en que las cosas irán mejor, "que todo será mas fácil", de momento no puedo evitar dudarlo.